domingo, 8 de febrero de 2009

¿Cómo enseñar ... la asignatura que imparto?

Al analizar las diferentes didácticas que nos proponen en nuestro programa de trabajo semanal me he podido dar cuenta de que contamos con una gran variedad de herramientas en las nuevas TIC´s; las cuales, sin duda alguna vienen a facilitar y mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje. Dichas herramientas requieren de una preparación previa de uno como profesor y de preparar a nuestros alumnos en su uso, así como explicarles las ventajas de las mismas. No se trata de no hacer nuestro trabajo, sino de hacerlo de una manera más fácil que nos puede dar tiempo de profundizar en aspectos más interesantes del currículo.

Por ejemplo, al querer representar gráficamente una función matemática, en lo que tardamos en hacerlo de forma manual, un programa nos los puede hacer de forma inmediata y al mismo tiempo nos permitiría trabajar posteriormente con otras funciones, para ver las diferencias entre sí conforme modificamos sus elementos.

Otro de los aspectos que observe de estas didácticas es la recomendación de trabajar por medio de la solución de problemas, que es muy diferente a la resolución de ejercicios, los problemas requieren que se contextualicen y se exprese por parte del alumno un trabajo razonado y consiente, en donde tenga que identificar los datos del problema, elegir las herramientas matemáticas de cuales tiene que echar mano para resolver el cuestionamiento y por último desarrollarlo y verificar si el resultado encontrado es correcto y acorde a lo planteado en el problema.

Todas esas herramientas y recomendaciones, las voy a ir incluyendo en mi práctica docente diaria, espero con esto despertar el interés de mis alumnos y mejore su competencia matemática. Qué le encuentren sentido al estudio de las matemáticas. Qué no lo vean únicamente como un proceso repetitivo de algoritmos para resolver algunos ejercicios propuestos.

sábado, 31 de enero de 2009

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias.


Respondiendo a la interrogante de que sí ¿El aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?, respondo lo siguiente:

Definitivamente, No. En la actualidad, la observación y medición (EVALUACIÓN), del aprendizaje logrado por un alumno no es un asunto trivial, ya que esta no solo debe de considerar la capacidad de memorización de los conceptos manejados durante el proceso enseñanza-aprendizaje. Creo que ya hace tiempo que los maestros solo consideraban los resultados obtenidos en un examen compuesto de unas simples preguntas para asignar un valor numérico a su desempeño.

El aprendizaje ya no se mide con una sola actividad final encargada de cerrar el ciclo de formación de nuestros alumnos, no basta una sola actividad posterior realizada al final y a parte de la actividad formativa. Actualmente, el aprendizaje debe observarse y medirse como parte de un proceso integrado e interrelacionado con el proceso de formación.

Necesitamos ir valorando en que medida se van consiguiendo los objetivos que se habían previsto, valorando los cambios que han ocurrido como efecto de la formación. La actividad de observar y medir el aprendizaje se debe desarrollar a la par que el proceso de formación, desde el momento inicial de la planificación hasta la comprobación de sus resultados ya que tiene como finalidad detectar aquellos elementos que funcionan correctamente y cuáles no, con la finalidad de garantizar la calidad global del proceso de formación, cuyo objeto no es solo otorgar una calficación, sino conseguir un aprendizaje.

Si partimos de la visión constructivista, en donde el conocimiento es algo que se construye, el aprendizaje es un proceso de creación de significados a partir de la nueva información y de los conocimientos previos, un proceso de transformación de las estructuras cognitivas del alumno como consecuencia de la incorporación de nuevos conocimientos. Por eso mismo es necesario realizar acciones evaluativas que pongan en juego la significatividad de los nuevos aprendizajes, tratando de evitar los procesos memorísticos en los que solo se consigue ejercitar la capacidad de reconocer y evocar.

Ahora se necesitan observar y medir los logros de los tres tipos de objetivos del aprendizaje: del conocimiento, de las habilidades y de los hábitos y actitudes.

Los primeros se refieren al aumento de conocimientos teóricos de un área. Implica la adquisición de información, comprensión de información y cambio conceptual. Los objetivos de habilidades se refieren a “saber hacer” y “saber estar”, dominio de habilidades manuales, cognitivas o sociales. Estos objetivos implican como aplicar los conocimientos para actuar ante una situación dada. De ahí que conlleven la adquisición de técnicas y de estrategias. Por último, los objetivos de hábitos y actitudes consisten en “saber ser”. Es un objetivo integrador de aprendizajes anteriores y necesariamente contextualizados en situaciones propias de una profesión.

Podemos llamar a los actos de observar y medir de forma sintetizada como evaluación, ya que esta se realiza mediante el proceso básico siguiente: recoger información (observar) y la aplicación de determinados criterios de calidad (medir), para finalmente emitir un juicio sobre la calidad del aprendizaje, indicado en términos de insuficiente, suficiente y excelente (al menos en el nuevo modelo del Conalep) y que al final se expresa mediante una calificación.

Podemos distinguir los siguientes tipos de evaluación, considerando la finalidad y el momento en que se realiza:

Una evaluación diagnóstica o inicial.
Una evalución formativa.
Una evaluación sumativa o final.

También tenemos que considerar que la evaluación ya no es una actividad que únicamente le compete al profesor, sino que los alumnos pasan a tener un papel muy importante en su propia evaluación o la de sus compañeros.

Por lo anterior, se puede apreciar que la evaluación del aprendizaje no es un asunto tan sencillo mucho menos trivial, participan varios actores en su realización y se valoran diferentes situaciones que suceden en el proceso enseñanza-aprendizaje.

AGUSTIN ESPIRITU ROMERO.
Conalep Manzanillo
Grupo No. 22

Concepciones de Aprendizaje.

Durante los últimos años, se nos ha dado, dentro de los diferentes cursos de formación pedagógica una relación de aquellas teorías que explican los procesos de aprendizaje de las personas; cada vez las hemos analizado y comparado entre sí, identificando sus ventajas y desventajas, sus pros y contras, lo práctico y lo impráctico en el aula. Cada una de ellas, en su oportunidad, ha servido de referente básica para los diseños curriculares educativos. Ahora, al conocer y trabajar con este nuevo enfoque por competencias, nos podemos dar cuenta que este nuevo modelo tiene mucho de las anteriores teorías educativas.

Las concepciones que he considerado se relacionan con el enfoque de competencias son las siguientes:

La teoría conductista, porque durante el proceso de formación se dirige el esfuerzo de los alumnos hacia unos objetivos de aprendizaje predeterminados, se les estimula para que investiguen y trabajen en su logro, se les revisan sus avances y se les refuerza. Se dirige su trabajo de construcción de su propio conocimiento. Se práctica el ensayo y error, con el refuerzo del docente.

La teoría del procesamiento de la información, porque en este modelo el alumno construye su propio aprendizaje a partir de las interacciones con su entorno, recibe el cumulo de informaciones y datos, las almacena y procesa, permitiéndole eso ir construyendo su propio conocimiento. Necesitamos saber cómo es que se que desarrolla todo ese proceso interno para dirigir y encaminar adecuadamente su trabajo escolar.

El aprendizaje por descubrimiento, porque uno de los elementos básicos del enfoque por competencias es precisamente su necesidad de contextualizar los aprendizajes, esto es, ubicarlos en su realidad y vayan descubriendo los principios, las leyes, la teoría en sí. Para que posteriormente pueda transferir esos conocimientos obtenidos a situaciones idénticas o diferentes. Se busca que encuentre el sentido de utilidad del conocimiento.

Del aprendizaje significativo rescataría el hecho de que los docentes debemos procurar elaborar o construir aquellas actividades que sean significativas y que les permitan ir analizando o descubriendo ellos mismos los contenidos que los lleven a resolverlas, construyendo de esa manera su propio conocimiento; claro está, tomando como base o referencia importante sus conocimientos previos.

De la teoría socioconstructivista, que es una de las más fuertes en sentido de congruencia con el modelo por competencias, porque considera al aprendizaje como un proceso social, que se sitúa en la realidad y toma como base el conjunto de conocimientos previos de los alumnos y de todos aquellos elementos o participantes en el proceso como fuentes importantes de información que le permiten construir su propio andamio de conocimientos e ir reconstruyéndolo conforme el proceso se va dando.

Tal como se ve, podríamos considerar que esta nueva concepción es una educación de todo un poco, completamente conductual y fragmentada (por módulos); pero al mismo tiempo observamos que trata de alejarse mucho de los procesos meramente conductistas y de posición funcionalistas (ser solo funcionales para ciertas cosas).

La educación basada en competencias se centra en la necesidad, estilos de aprendizaje y potencialidades individuales para que el alumno llegue a manejar con maestría las destrezas y habilidades señaladas desde el campo laboral, con esto últimamente difiero mucho, porque no debemos supeditar la educación solo a satisfacer las demandas de las empresas, ya que dejamos de lado algo muy importante para el desarrollo humano como es el avance tecnológico y científico que es lo que nos ha permitido alcanzar el nivel de bienestar que tenemos como especie.

AGUSTIN ESPIRITU ROMERO
Conalep Manzanillo
Grupo No. 22