sábado, 31 de enero de 2009

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias.


Respondiendo a la interrogante de que sí ¿El aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?, respondo lo siguiente:

Definitivamente, No. En la actualidad, la observación y medición (EVALUACIÓN), del aprendizaje logrado por un alumno no es un asunto trivial, ya que esta no solo debe de considerar la capacidad de memorización de los conceptos manejados durante el proceso enseñanza-aprendizaje. Creo que ya hace tiempo que los maestros solo consideraban los resultados obtenidos en un examen compuesto de unas simples preguntas para asignar un valor numérico a su desempeño.

El aprendizaje ya no se mide con una sola actividad final encargada de cerrar el ciclo de formación de nuestros alumnos, no basta una sola actividad posterior realizada al final y a parte de la actividad formativa. Actualmente, el aprendizaje debe observarse y medirse como parte de un proceso integrado e interrelacionado con el proceso de formación.

Necesitamos ir valorando en que medida se van consiguiendo los objetivos que se habían previsto, valorando los cambios que han ocurrido como efecto de la formación. La actividad de observar y medir el aprendizaje se debe desarrollar a la par que el proceso de formación, desde el momento inicial de la planificación hasta la comprobación de sus resultados ya que tiene como finalidad detectar aquellos elementos que funcionan correctamente y cuáles no, con la finalidad de garantizar la calidad global del proceso de formación, cuyo objeto no es solo otorgar una calficación, sino conseguir un aprendizaje.

Si partimos de la visión constructivista, en donde el conocimiento es algo que se construye, el aprendizaje es un proceso de creación de significados a partir de la nueva información y de los conocimientos previos, un proceso de transformación de las estructuras cognitivas del alumno como consecuencia de la incorporación de nuevos conocimientos. Por eso mismo es necesario realizar acciones evaluativas que pongan en juego la significatividad de los nuevos aprendizajes, tratando de evitar los procesos memorísticos en los que solo se consigue ejercitar la capacidad de reconocer y evocar.

Ahora se necesitan observar y medir los logros de los tres tipos de objetivos del aprendizaje: del conocimiento, de las habilidades y de los hábitos y actitudes.

Los primeros se refieren al aumento de conocimientos teóricos de un área. Implica la adquisición de información, comprensión de información y cambio conceptual. Los objetivos de habilidades se refieren a “saber hacer” y “saber estar”, dominio de habilidades manuales, cognitivas o sociales. Estos objetivos implican como aplicar los conocimientos para actuar ante una situación dada. De ahí que conlleven la adquisición de técnicas y de estrategias. Por último, los objetivos de hábitos y actitudes consisten en “saber ser”. Es un objetivo integrador de aprendizajes anteriores y necesariamente contextualizados en situaciones propias de una profesión.

Podemos llamar a los actos de observar y medir de forma sintetizada como evaluación, ya que esta se realiza mediante el proceso básico siguiente: recoger información (observar) y la aplicación de determinados criterios de calidad (medir), para finalmente emitir un juicio sobre la calidad del aprendizaje, indicado en términos de insuficiente, suficiente y excelente (al menos en el nuevo modelo del Conalep) y que al final se expresa mediante una calificación.

Podemos distinguir los siguientes tipos de evaluación, considerando la finalidad y el momento en que se realiza:

Una evaluación diagnóstica o inicial.
Una evalución formativa.
Una evaluación sumativa o final.

También tenemos que considerar que la evaluación ya no es una actividad que únicamente le compete al profesor, sino que los alumnos pasan a tener un papel muy importante en su propia evaluación o la de sus compañeros.

Por lo anterior, se puede apreciar que la evaluación del aprendizaje no es un asunto tan sencillo mucho menos trivial, participan varios actores en su realización y se valoran diferentes situaciones que suceden en el proceso enseñanza-aprendizaje.

AGUSTIN ESPIRITU ROMERO.
Conalep Manzanillo
Grupo No. 22

2 comentarios:

Maria Guadalupe dijo...

Hola Agustín:
Coincido contigo que el aprendizaje es un aspecto mucho muy importante, el cual consiste en lo que el alumno aprende cuando comienza a conocer y el producto del conocer es el conocimiento y no hay ninguna metódica que nos de objetivamente la medición de lo que nuestros alumnos han logrado aprender, por eso en lugar del termino medición se usa el de evaluación de los aspectos que pueden manifestar los estudiantes de lo aprendido.
Saludos
Te invito a visitar mi blog: http://guesal.blogspot.com

Gabriela Espinoza Cruz dijo...

hola Agustín.

Como siempre, me gusta tu trabajo y espero el momento de leerlos, porque se me hacen fáciles de entender.
Creo que muchos vamos a coincidir que para lograr el aprendizaje, ser requieren tomar todos los aspectos posibles para poder dar una calificación completa, hoy en día estamos tomando lo conceptual, lo procedimental y el actitudinal.
Saludos
Gabriela Espinoza Cruz